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Carolina de pequeña se alimentaba de sueños, ahora tan solo puede hacerlo de recuerdos, ya que ha olvidado soñar. Ya no sabe lo que es cerrar los ojos he imaginar algo nuevo, algo mejor e inesperado. Solo ve la realidad que le rodea y es incapaz de imaginar algo mejor o de ver que a su alrededor hay gente dispuesta a soñar, a ir contra corriente, aunque las cosas vayan muy mal. Solo ve a los que como ella agachan la cabeza ante las malas expectativas de cada día. Sigue a la marea humana que camina como un rebaño de esperanzas rotas. Lo único que le queda es esperar a que llegue el final del día, de la semana, del mes, del año, de la vida. Pero Carolina está a tiempo o ¿no? Todavía hay tiempo para soñar. "De razones vive el hombre, de sueños sobrevive" - Miguel de Unamuno